#06 | No soy yo cuando me enojo
Parto de la base de que no todos tenemos que saber sobre todo. Desde que tengo Diabetes aprendí cosas que no sabía y sigo ignorando otras sobre muchos otros temas. Pero de Diabetes Tipo 1 sé bastante: sé desde la experiencia, que es mía sola y no se compara con la de nadie más; sé por leer, por buscar informarme, por preguntar y escuchar a mi doctora y a mi educadora en diabetes; sé por prestar atención a otras personas que tienen DT1 y cuentan sus propias experiencias, que también son únicas e irrepetibles.
La ignorancia no tiene que ver necesariamente con el nivel educativo de una persona, si no con la prudencia con la que alguien puede manejar lo que sabe y lo que no. Hay seres que sí o sí necesitan dar su opinión aunque no tengan idea de lo que hablan. Y hay veces también que en el afán de ser empático de alguna forma, conformar o consolar, se dicen grandes barrabasadas. La Diabetes Tipo 1 es una enfermedad autoinmune (o sea, causada porque el sistema inmunitario ataca las células del propio organismo. Se desconoce por qué) que no se puede prevenir (no se debe a ninguna dejadez o error en el cuidado de mi salud) ni curar (mi páncreas ya no funciona, irreversiblemente), es una enfermedad crónica. Y lo más importante de todo: sin insulina (que es lo que produce el páncreas sano) ningún ser humano sobrevive, por eso necesito aplicarme insulina externamente. Aún así, con la existencia de estos hechos indiscutibles e inapelables, pero que muchos ignoran a la hora de dar opiniones, he tenido que escuchar consejos que me ponen los pelos de punta.
Insisto, sé que no todos tenemos la obligación de saber sobre todo, y más específicamente, no todos tienen que saber sobre Diabetes, pero hay personas que han logrado hacerme enojar con su imprudencia. Muchas veces estoy con ganas de predicar sobre la DT1 entonces calmo la ira interior e intento ser paciente y explicar al que tiene ganas de oír. Otras veces me guardo mi enojo y me quedo callada, quizá siento que es un caso perdido y no quiero poner energía en eso, pienso e intento conformarme “no todos tienen que saber de diabetes” pero a la vez pienso que es muy injusto que haya gente tan bocona y yo tenga que tolerar su imprudencia. Esas personas son las que me dan el ejemplo y refuerzan mi convicción de que si no sé de algo no hablo sobre ello hasta no informarme, escucho y respeto.
Hoy voy a centrarme en algunas cosas que me molestan, primero como desahogo, y segundo porque quizá a alguien inconscientemente le salió alguna vez ponerse en una u otra postura y quizá le ayudo a reflexionar sobre ello.
Yo tengo muy naturalizada mi diabetes desde el principio de mi diagnóstico y es así como la doy a conocer al mundo, sin esconder nada y sin victimizarme. No es un proceso sencillo para nada, pero es una decisión y una postura clara. Entonces me molesta que sin conocerme, al enterarse que tengo diabetes algunas personas reaccionen con lástima. No hay nada constructivo en sentir lástima por alguien y además me pone en una posición de debilidad con la que no me identifico. Odio la lástima. El que siente lástima, ignora el esfuerzo que una hace para educarse y llevar adelante lo mejor posible el manejo de su condición.
También ha pasado que algunas personas se sienten en la obligación de ser alentadores o dar algún consuelo y lo comparan con otra cosa, para que veas que no es para tanto, o que podría ser peor. Entonces me dicen cosas como “bueno, peor es ser celíaco”, por ejemplo. ¡¿QUÉ?! Tengo amigas que tienen celiaquía y en ningún momento se nos ocurrió hacer una competencia de quién la pasa peor con su enfermedad crónica. El que me dice eso,lo sé, ignora sobre una y sobre otra.
Y una de las cosas que para mi tiene gran importancia,aunque para otros puede resultar una cosa muy mínima, es la elección del lenguaje. Odio profundamente que se refieran a mi como “diabética” o que utilicen la frase “padece diabetes”. Yo no soy diabética, tengo diabetes. Soy Flo, soy cineasta, soy la que tiene rulos, soy la novia de Juan, son la hija de Mónica y Pedro, soy la que tiene muchas plantas, soy la hermana de Gime, soy la madrina de Luca y Cami, soy la que hace varios años está escribiendo un guión, soy etc, etc, etc. Pero no soy la enfermedad que tengo. Vivo con una enfermedad o condición crónica que determina gran parte de mi vida pero no es el elemento esencial para definirme. Decir que soy diabética me minimiza a una dimensión que describe sólo una condición de salud y las personas somos mucho más que eso. Por eso, yo elijo hablar de personas con diabetes, no de diabéticos.
Busco el significado de “Padecer”: Experimentar [una persona] algo que causa dolor físico o moral o molestia. Me parece una palabra horrible. No puedo imaginarme la vida “padeciendo diabetes”, sería lo peor del mundo. ¿Qué saben los que no viven con diabetes si yo u otros que sí la tenemos la padecemos? Vuelvo a lo mismo, está lejos de ser lo más sencillo del mundo vivir con diabetes, pero educarse y ser consciente de lo que debemos hacer para cuidarnos y poder lograr un mejor manejo de la condición, empodera, nos hace fuertes y libres.
Hoy me detengo aquí para no seguir hundiéndome en mi lado oscuro, pero...continuará.
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