Ahora quizá ya estamos habituados, pero la primera vez que apareció un robot (una, en realidad) en el cine fue en la película de 1927, Metrópolis, de Fritz Lang. María, así se llamaba ella-robot, es uno de los íconos de la Ciencia Ficción, enmarcada en uno de los clásicos del expresionismo alemán.
Dentro de poco se va a cumplir un año desde que me conecté la bomba de insulina por primera vez. Desde ese momento, mi chiste es decir que soy una cyborg (según Wikipedia: del acrónimo en inglés cyborg: de cyber [‘cibernético’] y organism [‘organismo’], ‘organismo cibernético’. Es una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de tecnología).
En el próximo post voy a contar todo sobre este cambio, pero sé que me va a resultar medio complicado explicarlo todo, así que hoy, simplemente a modo de introducción visual, quiero presentar al elenco estable que me acompaña a diario y los implementos para su colocación.
Con ustedes mi bomba de insulina y mi sensor continuo de glucosa:
Juntas somos: Florencia y la máquina.
Para ver algunos otros robots más modernos en el cine, dejo un corto de Spike Jonze de 2010:
Criatura cibernética, nunca lo hubiera asociado con un infusor continuo de insulina aplicado a un ser vivo para que pueda seguir en el camino de la vida. La ciencia que avanza a pasos gigantescos nos van transformando y la tecnología que nos acompaña se mimetiza con nuestros cuerpos biológicos, podrá influirnos en lo espiritual??..
ResponderEliminarYo creo que bien utilizada, la tecnología debe expandirnos lo espiritual. Este señor, por ejemplo, no ve colores pero tiene un dispositivo que lo ayuda a oír los colores...sí sí, oír colores: https://www.ted.com/talks/neil_harbisson_i_listen_to_color?language=es#t-19927
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